La normativa debe ser aprobada por la Asamblea Nacional y se dirigirá a proteger el patrimonio intangible del Estado, en la que es señalada como una de las naciones con mayor biodiversidad del planeta, indicó el diario El Telégrafo. 

Precisamente la riqueza natural de Ecuador es una de las causas de los hechos de biopiratería, que se define como "el acceso, uso y/o aprovechamiento ilegal, irregular y/o inequitativo de recursos biológicos y sus derivados", según la Fundación Internacional para el Progreso Rural.

Ya en 1970 el científico norteamericano John Daly sacó del país 750 ejemplares de la rana endémica Epipedobates tricolor con el fin de extraerles una sustancia más potente que la morfina.

Años después la Ayahuasca, sustancia utilizada por chamanes indígenas, fue legitimada por la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos, los derechos fueron obtenidos por Loren Miller, y el producto se comercializó para tratamientos de cáncer, angina de pecho y parkinson.

Recientemente, el presidente Rafael Correa, denunció otro caso de biopiratería referente a la extracción de sangre a indígenas waoranis, sin su consentimiento, con fines de investigación científica.

De acuerdo con las pesquisas realizadas por las autoridades, se trató en total de tres mil 500 muestras de sangre extraídas, y les decían a las comunidades originarias que era para evaluar su salud.

El genetista César Paz y Miño, de la Universidad de las Américas, explicó que el atractivo de los indígenas de la Amazonía radica en que ellos se mantienen viviendo en lugares aislados y no padecen muchas enfermedades como la malaria.

Por esa razón, los científicos buscan genes de resistencia a esos padecimientos, pero lo hacen de manera totalmente irregular e inmoral, estimó.

Paz y Miño consideró que para combatir la biopiratería, es necesario investigar localmente y proteger ese conocimiento mediante publicaciones y patentes ecuatorianas.

Fuente: (http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=2834871&Itemid=1)